Cordillera Blanca – no solamente para montañistas

Entre todas las cordilleras de los Andes sudamericanos, la Cordillera Blanca es la más conocida por los montañistas y caminantes de todo el mundo. Su fama se debe no sólo a su altura y a las grandes formaciones glaciares, sino también a su fácil acceso. Esta cordillera que alcanza hasta los 6768 m de altura en el Nevado Huascarán, cuenta con más de 30 picos de más de 6000 m de altura y comprende un área glaciar de más de 700 km2, que supera ampliamente en extensión a todas las demás áreas glaciares de los Andes peruanos, tales como las Cordilleras Huayhuash o Vilcanota (en Cuzco), que no son visitadas tan a menudo por encontrarse en una zona muy alejada. La Cordillera Blanca, por el contrario, es de muy fácil acceso. Después de 7 horas de viaje en bus desde Lima, llegamos a Huaraz, ubicado a más de 3000 m de altura al pie de la Cordillera Blanca, cuyos escarpados picos cubiertos de hielo constituyen un majestuoso escenario para la ciudad. Huaraz es la capital de la región Chavín (departamento de Ancash) y el centro de la parte alta del valle del Santa, que entre Huaraz y Caraz recibe el nombre de Callejón de Huaylas. No sin razón esta región recibe también el nombre de La Suiza peruana.

La Cordillera Blanca le debe su nombre tanto a sus resplandecientes glaciares y nevados, como también a la granodiorita, roca semejante al granito, de la que están compuestos los principales picos. Los numerosos valles del lado oeste de la cordillera que desembocan en el valle del Santa abren pequeñas entradas hacia la parte alta de la región. 

Gran parte de estos valles se encuentra rodeada por caminos precarios y carreteras, que a menudo sólo se pueden transitar con una autorización y vehículos equipados para todo terreno. Existen cuatro caminos públicos que conducen al lado este de la Cordillera, de los cuales tres llegan al Callejón de Conchucos. Esta región a orillas del Marañón recibe notablemente menos visitas de turistas que el Callejón de Huaylas si no tomamos en cuenta Chavín de Huantar, famosa por sus ruinas , visitadas, en realidad, casi exclusivamente durante el día y por excursionistas extranjeros que llegan desde Huaraz. La escasa afluencia de turistas en Conchucos se debe no sólo a que esta región se encuentre ubicada detrás de la cordillera, sino también a la escasa y espartana oferta de alojamiento.

A pesar de la belleza de sus paisajes y de la variedad de posibilidades que ofrece esta región para realizar caminatas se encuentra a la sombra del Callejón de Huaylas. Cordillera Blanca

El centro turístico de todo el territorio de la Cordillera Blanca es Huaraz, donde se concentran gran número de hoteles, hostales y restaurantes de calidades muy variadas, así como también agencias de viaje, de transporte y numerosas tiendas de equipos para montañistas y caminantes, donde también se ofrecen tours de toda clase, aunque no siempre con el conocimiento necesario. Si se desea un asesoramiento y organización sólidas se debe visitar la Casa de Guías y a sus guías turísticos, que han sido entrenados por especialistas suizos y que también tienen a su cargo algunas tiendas independientes. 

Entre todas las pequeñas localidades del valle del Santa, Caraz – ubicada 67 km valle abajo de Huaraz – es la única que cuenta con notables atractivos turísticos. Esta localidad es el punto de partida de los tours y excursiones que se dirigen a la Cordillera Blanca del Norte, por ejemplo, a la laguna Parón, que se encuentra a 4200 m de altura y a la cual se puede llegar por auto, a pesar de estar rodeada por un conjunto de escabrosos glaciares. Esta laguna de un área de 1,7 km2 es la más grande entre las tantas que se encuentran en la cordillera.

Cordillera BlancaDe los aproximadamente 100 000 turistas, que visitan anualmente la cordillera de Huaraz, entre el 85 y el 90% son de nacionalidad peruana y vienen, sobre todo durante la Semana Santa y las Fiestas Patrias, sin embargo, permanecen pocos días y únicamente realizan paseos en bus desde Huaraz de sólo un día de duración. Sus principales objetivos son las lagunas de Llanganuco en Yungay, los glaciares de Pastoruri y Chavín de Huantar. Si bien, los turistas extranjeros también participan en estos tours en bus, la mayor parte de ellos tiene generalmente otros objetivos. Los montañistas y los caminantes son casi exclusivamente extranjeros, procedentes en su mayor parte de Europa, pero también de los Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda e Israel. El nevado escalado con mayor frecuencia es el Nevado Pisco (5752), supuestamente el más fácil de escalar, y se encuentra sobre la laguna de Llanganuco. Otro nevado que también atrae numerosos montañistas es el Huascarán, principalmente en la ruta regular de Musho (sobre Mancos). Además también es posible escoger entre una gran variedad de tours de caminatas de varios días de duración a través de valles y pasos a gran altura. Las rutas que han alcanzado fama internacional son: La ruta de Santa Cruz (a través del valle de Santa Cruz hacia el Este y el Sur hasta Llanganuco) y la ruta del Alpamayo (a través del valle de Alpamayo hasta el pie del nevado del mismo nombre).Cordillera Blanca

Desde hace algunos años encontramos también dos cabañas construidas siguiendo el modelo alpino, las cuales permiten a los excursionistas prescindir de carpas: el Rifugio Perú, ubicado al pie del Pisco, a 4765 m de altura y el Rifugio Ishinca, que se encuentra en el valle del mismo nombre, a aproximadamente 400 m más abajo. Ambas cabañas fueron construidas por iniciativa del padre salesiano, Ugo de Censi. Este italiano, párroco de la localidad de Chacas (al pie de la cordillera, parte este) también ha realizado otros proyectos inusuales, como por ejemplo, la construcción de un moderno hospital y una escuela de carpintería y tallado. No es de extrañar, pues, que en aquellas cabañas uno se sienta transportado a los alpes italianos. 

La Cordillera Blanca y sus alrededores también ofrecen a los montañistas inexpertos la posibilidad de realizar interesantes caminatas y viajes en auto. Los visitantes quedan fascinados sobre todo con los glaciares y la diversidad de paisajes formados por el hielo. El observador atento, a menudo puede reconocer indicios de que estos glaciares – como en el caso de los alpes y otras zonas montañosas – en el pasado fueron más grandes e imponentes. En el período glaciar, los glaciares cubrían la mayoría de los valles de la cordillera extendiéndose hasta los alrededores, dónde quedan aún altos muros de morena (cascajo de glaciares), cuyo tamaño indica la altura máxima que alcanzaba el hielo. También podemos observar otros muros de morena de este tipo, pero un poco más pequeños y de menos antigüedad que colindan directamente con las lenguas de los glaciares actuales y muestran claramente como el hielo se ha ido reduciendo, proceso que continúa hasta nuestros días. Casi todos los valles muestran también el típico perfil en forma de U y artesa producido por la erosión glaciar. Finalmente, también todos los pequeños lagos son vestigios de glaciares, como las lomas lisas de roca sólida. 

Asimismo, también la vegetación de la cordillera es digna de atención, sobre todo durante los meses de lluvia, desde el mes de abril hasta el mes de junio, cuando la superficie de los valles y las pendientes es verde y ofrece no sólo los mejores frutos para los animales de pastoreo Cordillera Blanca (ganado vacuno, caballos, ovejas), sino también muy bellas flores. Entre julio y agosto, cuando llegan la mayoría de los visitantes, sólo quedan restos de esa exuberante belleza.

También en la parte plana de esta región montañosa, ubicada al pie de la cordillera junto al valle del Santa, encontramos numerosas rutas y lugares. 
En Huaraz, la ruta más frecuentada es la que se extiende desde el hotel Baños de Monterrey (aproximadamente 5 km más abajo de la ciudad) hasta las ruinas preincaicas de Vilcahuain (o al contrario) y para la cual se necesitan aproximadamente 2 horas. En la ruta que se dirige desde Collón en la parte baja del valle de Ishinca hasta las ruinas de Joncopampa se pueden apreciar paisajes aún más bellos y cambiantes. Sin embargo, ésta se debe recorrer a pie si se quiere realmente disfrutar de la vista. 

Los conductores que no le temen a las carreteras accidentadas y plagadas de curvas, pueden realizar algunos recorridos que les ofrecerán una vista impresionante del mundo andino silvestre, sobre todo, a través de la ruta que se extiende desde el valle del Ulta hasta el paso Punta Olímpica (4890), con vista a las escarpadas caídas y las paredes de glaciares del Huascarán y el Chopicalqui. Antes de emprender al día siguiente el viaje de regreso a Yungay y Huaraz, a través del portachuelo de Langanuco, se puede pasar la noche en Conchucos, aunque no hay muchas comodidades (de preferencia en San Luis). El escenario que ofrece el tour que se describe a continuación es aún más cambiante y gracias al buen estado de la carretera tambiénPuyas Raimondi se puede realizar en un sólo día si se parte temprano. 

Se sube por el valle del Santa hasta Pachacoto, atravesando el valle transversal del mismo nombre hasta llegar al este, pasando por las bellas Puyas Raimondii, cerca del Pastoruri, al cual se puede llegar a través de un callejón. Si bien numerosos turistas visitan este glaciar, éste es bastante fuera de lo común, es un casco plano de hielo que se encuentra sobre una cumbre redondeada y que en las últimas décadas se ha ido derritiendo cada vez más rápido. Continuamos el tour pasando al pie de las paredes rocosas y los glaciares del Nevado Cajat, y luego avanzamos casi 10 km, a una altura de 4600 y 4800 m, a lo largo de la cresta de una montaña, desde donde se puede apreciar el paisaje cambiante del Sur y el Norte. Aquí uno se da cuenta de la majestuosidad y belleza de los Andes, que permanecerán imborrables en el recuerdo. Después del paso de Yanashallash llegamos a la pista de asfalto recientemente inaugurada, que conduce a la nueva mina Antamina, y de la cual algunos trechos se encuentran abiertos al transito en general. Esta pista nos lleva en dirección meridional al valle del río Ainin (posteriormente río Pativilca), ofreciéndonos una magnífica vista de las escarpadas paredes y las formaciones geológicas de la cordillera del Huallanca hacia nuestra izquierda, hasta encontrarnos cerca de Aquia, donde debemos volver a la antigua pista sin afirmar que pronto nos lleva desde las profundidades del valle hacia la pequeña ciudad de Chiquia, ubicada en el llano de una pendiente y conocido punto de partida de los tours que se dirigen a la Cordillera Huayhuash (que llega a medir hasta 6634 m de alto). La impresionante vista que podemos apreciar desde ahí, se extiende si continuamos el viaje subiendo desde Chiquian al paso de Mojon, donde nuevamente podemos tomar la pista de Antamina, que después de unos kilómetros a través de la extensa y llana puna de la parte más alta del valle del Santa nos conduce hasta la carretera principal Lima–Huaraz. El viaje en la dirección contraria es aún más impresionante, cuando uno viene de apreciar los paisajes de la puna y de repente se encuentra con el profundo valle de Ainin, detrás del cual a lo Huaraz lejos se levanta la Cordillera Huayhuash cubierta de glaciares.

Desde hace 25 años, la mayor parte de la Cordillera Blanca forma parte del Parque Nacional Huascarán, cuya administración se encuentra en Huaraz. Esta realiza grandes esfuerzos para proteger y conservar la naturaleza en la cordillera, sobre todo los manantiales, los Queñuales (Polylepsis), las pocas plantas de Puya Raimondii que existen, así como los ejemplares de cóndores y vicuñas, etc. Sin embargo, existen otros intereses que dificultan la protección del medio ambiente y la naturaleza: la economía pecuaria, que se practica en exceso en algunos valles, llegando a perjudicar la vegetación; la minería con siete minas en funcionamiento (mientras que otras 70 están paralizadas); y finalmente el turismo, que se concentra principalmente en algunos puntos o rutas. No es tarea fácil conciliar estos intereses y controlar o guiar estas actividades de tal manera que no se siga perjudicando la naturaleza. La administración del parque también recibe ayuda de instituciones extranjeras, como por ejemplo, de la Caja de Crédito para la Reconstrucción en Frankfurt a.M., la cual fomenta la mejora del sistema de control del parque.

Texto y Fotos: Profesor Dr. Erwin Grötzbach




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